El autor actualmente atraviesa una crisis frente a lo que tradicionalmente se entendía. Esta discusión es central gracias a las aplicaciones que usan Inteligencia Artificial (IA) — para la creación de avatares o para el desarrollo de obras de arte basadas en un conjunto de datos que se asocian palabras con imágenes— que tienen usos que incluyen educación, arte/creatividad, marketing, arquitectura/inmuebles/diseño y la investigación.

Estos usos plantean nuevas maneras de mediación entre personas y tecnología como medio. Surgiendo la pregunta por el autor de esa imagen resultante y, en ese mismo sentido, cuáles cambios generaría este tipo de usos al concepto de autor y quiénes se beneficiarían y afectarían por esto.

Teniendo en cuenta esto mencionamos tres perspectivas:

Artistas: Preocupación por la pérdida del proceso creativo y/o artístico, así como también por los derechos de autor y de propiedad.

Defensores de la privacidad: Preocupación por el uso de datos personales para entrenar las IA, pues puede ser problemático considerando que los datos de una persona tienen múltiples finalidades.

Eticistas: Preocupación porque a diferencia de los artistas humanos, la aplicación no distingue lo correcto de lo incorrecto, y puede ser fácilmente engañada para que produzca cualquier estilización de cualquier imagen que se le muestre.

Suponiendo que hay una empresa privada con un producto, un programador para la IA, un conjunto de datos que la hacen funcionar y usuarios que generan nuevas imágenes, entonces, ¿dónde está el autor?, no solo desde una perspectiva jurídica, sino también filosófica. Por eso proponemos preguntas que confronten conceptos sociales con tecnológicos, de tal manera que indaguen las transformaciones sobre el autor y acercarnos a los potenciales nuevos escenarios de mediación entre el medio, el mensaje y los usuarios, para comprender la producción cultural de estas IA en términos industriales y legales.